viernes, 29 de abril de 2011

RECIÉN CASADOS!!!

Foto: AP
Los recién casados coronaron su gran día con varias fiestas: un almuerzo cuya anfitriona fue la reina Isabel II y una cena solo para familiares y amigos que presidió el príncipe de Gales.

El palacio de Buckinghan, escenario de ambas celebraciones, albergó el banquete de bodas de los duques de Cambridge en los 19 salones de Estado especialmente abiertos para que los invitados brindaran por la felicidad de los esposos. De los 1.900 asistentes a la ceremonia religiosa solo 650 privilegiados, vinculados a la vida oficial y privada de la pareja, se han dado cita también en el convite.

Los comensales degustaron una selección de canapés, que incluían ensalada de cangrejo de Cornualles en blini limón, terrina de pato con conserva de frutas, rollos de queso de cabra con nueces caramelizadas, palmeras y palitos de queso, salmón ahumado escocés en blini remolacha, tarta de miniatura de berros y espárragos, espárragos escalfados con salsa holandesa, huevos de codornices con sal de apio, langostinos escoceses con mayonesa de limón confitado, entre otras exquisiteces con ingredientes ingleses.

La torta: ocho pisos y 900 flores


El dulce y delicioso punto final del banquete nupcial fue la tradicional torta de boda de varios pisos y un segundo pastel de chocolate y galletas, que encantaba de niño al príncipe Guillermo. Durante toda la velada, los golosos pudieron echarle una mirada en la galería de Imágenes de palacio, donde se expuso el artístico bizcocho, diseñado por Fiona Cairns.

El pastel de frutos secos, primorosamente decorado con 900 flores nacionales del Reino Unido de azúcar blanco (la rosa de Inglaterra, el cardo de Escocia, el narciso de Gales y el trébol de Irlanda) y cubierta glaseada, se elaboró con 17 pasteles de frutas individuales (12 de los cuales forman la base) y cuenta con ocho niveles.

Claire Jones, la arpista oficial del príncipe Carlos, amenizó la celebración más solemne de Buckingham en la que los novios cumplieron con la tradición de partir juntos mano a mano el primer trozo de tarta, algunos protagonistas del enlace pronunciaron sus discursos y la reina y el duque de Edimburgo, el príncipe de Gales y la duquesa de Cornualles y la pareja nupcial saludaron a los invitados de mayor rango. A partir de entonces, un respiro y fiesta.




¡Recién casados!

Terminado el almuerzo, la flamante pareja abandonó el Palacio a las 15.40 de la tarde, para dirigirse a Clarence House. Debían descansar antes de la última celebración de la boda, y probablemente, la más divertida.

La fiesta contó con la mitad de los invitados a la recepción del mediodía. Solo trescientos privilegiados, principalmente amigos y familiares muy cercanos a los novios, fueron convocados por el príncipe Carlos para brindar por la felicidad de la pareja.




Si su paseo en carroza tras la ceremonia se supo ajustar a la perfección al protocolo real, el trayecto desde Buckingham hasta Clarence House fue todo lo contrario: subidos en un convertible Aston Martin azul oscuro, propiedad del príncipe Carlos desde 1969, y con Guillermo al volante, los esposos recorrieron el camino como dos enamorados comunes. El auto tenía globos atados en la parte trasera, emulando a las tradicionales latitas de los recién casados, algunos en forma de corazón y otros con las iniciales de ambos. La patente tenía un guiño divertido: un juego de letras y números formaba la frase JUSTWED (just wed, es decir, recién casados). Un original fin de fiesta (¿o deberíamos decir fin de la formalidad?) para unos novios que han conquistado con su simpatía a todo el globo.

Fuente: hola.com

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